Se trata de un nuevo ataque contra la comunidad cristiana en Pakistán, asustada por los ataques y amenazas sufridos después de la eliminación de Bin Laden, y que ya estaba bajo ataque por los efectos perjudiciales de la ley sobre la blasfemia, que castiga con la pena de muerte a quien insulta el Corán o al Profeta Mahoma.
“Es una medida que podría alimentar el odio religioso contra los cristianos. Es una amenaza para la coexistencia pacífica, un ataque al corazón de nuestra fe”, dice a Fides desconcertado el p. Saleh Diego, quien preside la
Comisión “Justicia y Paz” de la Archidiócesis de Karachi
.
“Como cristianos, ya somos muy débiles y estamos sujetos a las presiones injustas de la ley sobre la blasfemia. Estos grupos radicales quieren eliminarnos por completo. Evidentemente se trata sólo de grupos minoritarios, y tenemos la esperanza de que se alcen las voces de los líderes musulmanes moderados para detener esta campaña de odio”, dice Diego.
“Nuestra respuesta como cristianos en Pakistán, es reiterar la urgencia del diálogo y del respeto de todos los símbolos religiosos y los libros sagrados de todas las religiones. Pero esperamos que, a nivel internacional, pueda nacer una respuesta más fuerte y decidida, que nos apoye”, dice el padre Diego, llamando a la movilización de los cristianos y las instituciones internacionales para detener la campaña en contra de la Biblia.
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